La dinámica de una empresa es una dinámica de equipo multiplicada: implica interrelación entre equipos de alto desempeño; por eso el grado de efectividad en la comunicación grupal que requiere es superior al de otras formas de organización humana. Sin embargo, en la práctica se suele poner mucha atención en la comunicación institucional, pero poca en el intercambio informal, que es una de las principales claves empresariales, determinante del grado de motivación del personal, el desarrollo de directivos y la reorganización empresarial.
Esta última expresión solía sonar a infortunio y hoy es la forma de vida permanente en el entorno empresarial; no se podría explotar con inteligencia las ventajas competitivas de un equipo humano sin una reestructuración organizacional continua (sería como pararse en la cancha siempre del mismo modo, ante situaciones distintas y cambiantes). Hay que adaptarse a nuevas condiciones en tiempos más rápidos que los de cualquier reorganización institucional.
Así aparece la disyuntiva cotidiana: factores institucionales organizativos que tienden a mantener estable la estructuración empresaria, versus factores externos e internos que obligan a hacer cambios organizacionales frecuentes: un compromiso doble que suele enredar el entorno comunicacional en empresas; no se puede alterar muy seguido ni en cualquier sentido el organigrama, pero lo saludable es que los roles se reacomoden rápidamente, según las circunstancias.
Los directivos empresariales que logran maestría en el manejo de este permanente conflicto son reconocidos como verdaderos líderes empresariales. Paradójicamente, una de sus virtudes es que asumen la naturaleza inconstante del fenómeno del liderazgo: intercambian lugares de poder -prestando o recuperando- y van delegando a medida que sus equipos los siguen, madurando y construyendo confianza. Este proceso se conoce como empowerment y es la clave de la competitividad organizacional.
En la práctica el desplazamiento de poder genera tensiones y algún choque. La necesidad imperiosa de cambios forzados en estructuras de relaciones personales es el principal motivo por el que sus dirigentes acuden a un entrenamiento.
Por extraordinario que pudiera ser el desempeño empresarial de un individuo en cierta circunstancia, al cambiar esta, puede sentir que su confianza se desestabiliza. Asimismo, hasta las mejores técnicas de selección de personal suelen fallar cuando las condiciones son muy diferentes de las que hubo al momento de seleccionar.
Por extraordinario que pudiera ser el desempeño empresarial de un individuo en cierta circunstancia, al cambiar esta, puede sentir que su confianza se desestabiliza. Asimismo, hasta las mejores técnicas de selección de personal suelen fallar cuando las condiciones son muy diferentes de las que hubo al momento de seleccionar.
En este contexto se desarrolla el coaching en la empresa; más que una ayuda empresarial, un servicio que perfecciona la comunicación individual, en beneficio de los resultados.
Con una sólida base teórica en la ontología del lenguaje, el coaching empresarial es una técnica diseñada para que el personal desarrolle mayor autonomía, capacidad de decisión y coordinación con el equipo. El oficio del coach ontológico en la empresa es crear contextos de aprendizaje compartido -con un individuo o un grupo- a partir de la experiencia presente.
Según los resultados buscados, el trabajo se enfoca como coaching personal o coaching ejecutivo. Se suele usar también la denominación “coach de negocios” porque al facilitar la comunicación aumenta el poder de negociación, pero su intervención tiene un alcance más amplio: optimiza el establecimiento de objetivos, la planificación y ejecución del plan, las estrategias de mercadotecnia, la estrategia de ventas, el desarrollo del área comercial, la agenda del ejecutivo, y finalmente el resultado económico.
El reto de la competitividad empresarial no tolera una mediocre gestión de personal ni un descuido en la gestión del tiempo. La clave es la organización de recursos humanos: en realidad hablamos de humanos con recursos que afloran más y mejor en la medida en que cada líder empresarial alienta la excelencia.
Roberto Rabello http://www.comunicacionyrrhh.com/
Según los resultados buscados, el trabajo se enfoca como coaching personal o coaching ejecutivo. Se suele usar también la denominación “coach de negocios” porque al facilitar la comunicación aumenta el poder de negociación, pero su intervención tiene un alcance más amplio: optimiza el establecimiento de objetivos, la planificación y ejecución del plan, las estrategias de mercadotecnia, la estrategia de ventas, el desarrollo del área comercial, la agenda del ejecutivo, y finalmente el resultado económico.
El reto de la competitividad empresarial no tolera una mediocre gestión de personal ni un descuido en la gestión del tiempo. La clave es la organización de recursos humanos: en realidad hablamos de humanos con recursos que afloran más y mejor en la medida en que cada líder empresarial alienta la excelencia.
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